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Comentario al Evangelio del 27 de mayo

Miércoles VII Semana

Tiempo de Pascua

27 de mayo de 2020

Evangelio

Padre, que ellos sean uno, como nosotros.

+ Del santo Evangelio según san Juan 17, 11-19

En aquel tiempo, Jesús levantó los ojos al cielo y dijo: “Padre santo, cuida en tu nombre a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo cuidaba en tu nombre a los que me diste; yo velaba por ellos y ninguno de ellos se perdió, excepto el que tenía que perderse, para que se cumpliera la Escritura.

Pero ahora voy a ti, y mientras estoy ahora en el mundo, digo estas cosas para que mi gozo llegue a la plenitud en ellos. Yo les he entregado tu palabra y el mundo los odia, porque no son del mundo, como yo tampoco soy del mundo. No te pido que los saques del mundo, sino que los libres del mal. Ellos no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.

Santifícalos en la verdad. Tu palabra es la verdad. Así como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Yo me santifico a mí mismo por ellos, para que también ellos sean santificados en la verdad”.

Comentario al Evangelio

En este fragmento del Evangelio vemos que Jesús, en su oración al Padre, se preocupa de sus discípulos y de lo que les sucederá, por ello pide al Padre que sea Él quien los cuide de ahora en adelante, porque van a estar en un mundo hostil. Además Jesús quiere que sus discípulos vivan en la unidad, llenos de alegría y que vayan madurando y creciendo en la verdad.

Cfr. Actualidad Litúrgica n. 250.

Reflexionamos

· ¿Qué opinión tienes del “mundo”?

· ¿Todo lo que ofrece el mundo es positivo?

· Cómo colaboras con Jesús en el mundo?

Nos comprometemos

Espiritualidad: «Es el valor de tener contacto con Dios, de conocer a Dios o de lograr una vida más trascendental consigo mismo, con los demás y con el universo, por expresarlo así. El valor que sustenta la esencia de la vida en su curso hacia el progreso y la realización personal».

Alfonso Barreto (Cuentos y fábulas para la formación en valores, 2013)

El Evangelio nos sitúa en ese momento en el que Jesús desea lo mejor para sus discípulos y amigos. La liturgia de la Iglesia nos sitúa en el momento en que Jesús ha subido a los cielos y estamos en espera del envío del Espíritu Santo que celebraremos el próximo domingo.

Pidámosle al Señor que derrame sus siete dones sobre nosotros.


Las omisiones engendran lamentaciones

La viuda de F. D. Roosevelt –que había sido presidente de los Estados Unidos de 1904 a 1909- era una mujer de gran carácter. En una ocasión, alguien la felicitaba por su energía. Ella se limitó a contestar:

No es que tenga tanta. Lo que pasa es que no la malgasto con lamentaciones.

Agustín Filgueiras, (Orar con… Un pan para cada día, 2004).


V. Continuaré, Oh Dios mío

R. ¡Haciendo todas mis acciones por tu amor!

V. San Juan Bautista de la Salle

R. ¡Ruega por nosotros!

V. Viva Jesús en nuestros corazones

R. ¡Por siempre!

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