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Comentario al Evangelio del 12 de agosto

Miércoles XIX Semana

Tiempo Ordinario

12 de Agosto de 2020

Evangelio

Si tu hermano te escucha, lo habrás salvado.

+ Del santo Evangelio según san Mateo 18, 15-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si tu hermano comete un pecado, ve y amonéstalo a solas. Si te escucha, habrás salvado a tu hermano. Si no te hace caso, hazte acompañar de una o dos personas, para que todo lo que se diga conste por boca de dos o tres testigos. Pero si ni así te hace caso, díselo a la comunidad; y si ni a la comunidad le hace caso, apártate de él como de un pagano o de un publicano.

Yo les aseguro que todo lo que aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo.

Yo les aseguro también que si dos de ustedes se ponen de acuerdo para pedir algo, sea lo que fuere, mi Padre celestial se lo concederá; pues donde dos o tres se reúnen en mi nombre, ahí estoy yo en medio de ellos”.

Comentario al Evangelio

Este pasaje es exclusivo de san Mateo y pone de manifiesto su preocupación por los problemas de la comunidad cristiana. El pasaje trata de la corrección fraterna hecha “a solas” y pone de manifiesto la corresponsabilidad que debe de haber en la comunidad. No debemos corregir de forma agresiva o condenando al otro, nos debe de guiar el amor, la comprensión y la búsqueda del bien del hermano. La corrección fraterna cuando se hace bien y a tiempo, es una suerte para todos. Al fin y al cabo es experimentar la misericordia de Dios en nuestras vidas.

Cfr. Actualidad Litúrgica, n. 257.

Reflexionamos

· ¿Muestras indiferencia con el que falla?

· ¿Cómo ayudas a tu hermano?

· ¿Corriges o lo criticas?

Nos comprometemos

Amabilidad: Si uno es amable, los demás se portan amablemente con él: le devuelven lo que él ha irradiado en el mundo. La Madre Teresa veía en la amabilidad una concreción del mensaje de Jesús y decía a sus hermanas: «Una sonrisa es el principio del amor. Sed amables y misericordiosas. Haced que quien se acerque a vosotras se sienta mejor y más feliz al marcharse».

Anselm Grün,

El libro de los valores, Santander 2007.

Hechos y no buenas razones

En un hospital una religiosa enfermera atendió, como era su costumbre, con mil finezas a un enfermo que era ateo.

Este, al despedirse agradeció diciéndole: -Hermana, ni una sola vez usted me habló de Dios, pero incontables veces me lo ha dejado ver.

Hermenegildo Zanuso S.,

Cuéntame otro ejemplo…, México 2016.

V. Continuaré, Oh Dios mío

R. ¡Haciendo todas mis acciones por tu amor!

V. San Juan Bautista de la Salle

R. ¡Ruega por nosotros!

V. Viva Jesús en nuestros corazones

R. ¡Por siempre!

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